Seduciendo en la calle, volviendo a casa
Una época tan nutritiva de talleres, trabajo duro y esfuerzo tiene sus recompensas. Después de muchos fines de semana de talleres en distintas partes de España tengo muy deteriorada mi percepción del tiempo y el espacio. No se que chica era de cada ciudad, confundo la ciudad de los alumnos y no tengo muy claro que cosas han pasado desde mi taller en Canarias, el de Pamplona, Mallorca o Madrid y Barcelona de forma reincidente…Muchas experiencias increíbles en muchos aspectos. Muchos alumnos que se han convertido en amigos. Y sí, mucho flamenquerío.
Tengo mucho material para hacer “seduciendo de día”. Hoy, voy a contaros lo que me ha pasado esta mañana, volviendo de mi último taller de 2011. Lunes, de vuelta de la ciudad condal, tras un finde de trabajo bien hecho, muchas risas y un día y una noche inolvidables con P, una chica mexicana de Barcelona, una de esas chicas de las que Helio se haría novio mas rápido que canta un gallo si mis circunstancias fueran distintas.
LIGAR EN LA CALLE: MEXICANA EN BARCELONA
Total, que me sentía un hombre de éxito, iba con camisa y americana, un gorro de colores muy chillones y una cara de cansancio infinito. Las tres horas y media en tren habían acabado e iba a por mi maleta antes de bajar en Valencia Norte. En la fila de personas que tenía delante de mí ví a una chica con el pelo rizado, piel tostadita y más alta que un pino noruego. La había visto durmiendo en uno de mis viajes a la cafetería del tren. Estábamos los dos esperando a que la gente cogiese sus maletas, nuestras caras de aburrimiento se cruzaron y evidentemente tuve que sonreirle. Su cara me devolvió una tímida sonrisa.
-¿Que tal?
-Cansada.
-Yo también, no soporto intentar dormir en el tren y no poder.
-Yo nunca puedo dormir. Siempre acabo super cansada de los trenes.
-Pues, yo te he visto dormir antes.
La chica se puso todo lo roja que se puede poner alguien de su raza. Y me preguntó que cuando la había visto, que ella no me había visto. Tras un par de bromas sobre eso me dijo “es muy raro saber que la gente te puede observar y tu a ellos no”. Estaba resultándome inteligente y me sorprendió bastante lo rápido que habíamos empezado a sentirnos a gusto.
-Me gustan mucho las chicas que además de ser atractivas, consiguen dormirse en el tren.
Nos reímos un poco más y me dijo que era de Gerona. Ya habíamos bajado del tren y le pregunté si venía alguien a recogerla. No venía nadie, tenía que comprarse un billete para un pueblo cercano a Valencia y pasaría aquí un par de días. Le acompañé a comprarse el ticket , hablamos de por qué venía a Valencia y de qué hacía yo en Barcelona y también de lo que nos gustaba y disgustaba de viajar. Ella también era un viajante. Le ofrecí acompañarla a dar una vuelta por Valencia antes de volver a Gerona. Ella me insinuo que su ciudad me encantaría.
-Por cierto, no se aún cómo te llamas. Ah, y me encanta tu pelo.
-Soy M. A mí me encanta tu gorro.
Estábamos a gusto. Conociéndonos. Le pregunté la edad y me dijo “algo tendré que dejar para cuando nos volvamos a ver”. Se creía que era mucho mas mayor que ella. Es lo que pasa por ir con americana y camisa…
Era evidente que para ella estaba siendo un momento de mucha caña. Ya le había sexualizado. No quería meterle mucha caña por que era evidente que ella ya quería volver a verme. Así que me despedí para irme a casa.
-Pero…¿cómo vas a hacer para enseñarme Valencia sin mi telefono?
Me reí. Estaba tan cansado que me olvidé de pedirle el teléfono. Nos intercambiamos los números y nos despedimos con dos besos en la comisura de los labios. Una gran forma de despedir mis talleres hasta el 2012. Gracias a todos por convertir mi 2011 en un año que no olvidaré en el resto de mi vida. ¡Queredme cómo yo os quiero!
Un poco de funky buenrrollero, ¿no?
http://www.youtube.com/watch?v=sf9yKoz2PrM&feature=related
Ligar por la calle: La chica de la calle
Hacía calor de verdad en Valencia. Me sentía cómo el coronel Montgomery en alguna llanura de Texas. No se si el coronel Montgomery era de Texas o llegó a visitarlo en algún momento, pero desde luego yo me sentía así.
Estaba invitado a la exposición de un artista con un estilo muy propio, muy vintage, había quedado allí con algunos de mis amigos. Ya llegaba tarde y mis pasos eran rápidos, los Dire Straits me daban la energía necesaria para llegar a un sitio a tiempo cuando has quedado hace diez minutos. Al doblar una esquina choqué frontalmente con algo. Mi primera reacción es disculparme, pero mi segunda reacción tiene mucho que ver con la persona con la que me había golpeado. Era una chica realmente preciosa, con rasgos muy duros, ojos claros, pelo negro y rizado, un escote muy sugerente y unos leggins que probablemente fueron ilegales durante gran parte del siglo XX. Ella también se disculpaba.
Helio-¿Te das cuenta de que así empiezan muchas películas?”
Ella-¿Cómo?
-Pues que sí yo estuviese más bueno, esto sería el principio de una película de esas de amor. Tú sí que das el perfil, pero a mi me faltan músculos.
Ella se río.
-¿No te habrás chocado conmigo adrede?
-Pues que yo sepa no, pero cualquiera sabe.
Estaba jugando a mi máximo nivel de humor. Esta chica realmente se merecía mi máximo esfuerzo. No sólo era tremendamente atractiva si no que estaba jugando y le hacían gracia mis bromas. Si algo valoro en la gente es que se ría de mis bromas.
-¿Cómo te llamas? Yo soy Marta.
-Hola Marta, yo soy Álvaro. Estoy encantado de haberme chocado contigo.
Ella se tocó los bolsillos y se asió el pelo. Me volvió a sonreír. Yo le sonreí. El silencio era largo. De golpe me puse muy nervioso. Esa chica era de las que me ponían nervioso y eso era una buena noticia.
-Marta no te lo vas a creer, pero antes de chocarme contigo tenía otros planes. Y son planes muy chulos.
-Pues ha sido un placer Álvaro, ya nos veremos por ahí.
-Marta lo de decir que el plan era tan chulo era para que te entrasen ganas de venir. El chico que me hizo el tatuaje hoy expone sus dibujos y estoy seguro que será una pasada. Pareces una tía de las que les mola hacer cosas guays.
Ella se quedó perpleja, movió los labios de lado a lado. Me estaba quedando congelado.
-Vale, en verdad mi plan era irme a casa a ver la tele. ¿Crees que tu plan es mejor que eso?
-No hay nada mejor que ver la tele. Me retiro…
Me aparté y miré hacia el suelo con los brazos pendidos, muy teatral. Ella también se rió. Esta chica de verdad estimulaba mi cabeza, me salían buenas bromas y estaba intentando algo muy difícil, que una desconocida se uniese a mi plan.
-Álvaro…¿eres consciente de que estoy flipando contigo?
-Marta ¿qué quieres que haga yo?
La situación era tremendamente inusual. Había conocido a una chica sexy, inteligente y entraba bajo cualquier criterio en la clasificación de “Chica Helio”. Nos habíamos chocado por la calle, yo había jugado mis cartas prácticamente al máximo nivel, ella había respondido muy bien y estaba caminando conmigo hacía la exposición preguntándome cosas. Si le preguntases al colectivo arbitral de la liga profesional de balomano, cualquiera te diría que la cosa iba mejor que bien, pero yo seguía nervioso.
-¿ A qué te dedicas Marta? Cuando lleguemos molaría que al presentarte a mis amigos tenga algo que decir sobre ti.
-¡Ah! ¡Que hay amigos y todo!
-En todas las inauguraciones hay amigos y vino gratis. Yo vengo por el vino.
Íbamos a XL, una discoteca/pub que sirve a su vez de centro de exposiciones, con pasillos gigantes, varias salas y recovecos de lo más cucos. Llegamos y allí estaban algunas de las personas más divertidas que conozco, mis amigas Poppy y Vanesa en seguida se pusieron a hablar con ella y desaparecieron las tres en busca de algún aperitivo o bebida. Hector me preguntó de donde había salido y Hamid insistía en lo guapa que era.
Compartimos los seis casi dos horas de aperitivos gratuitos y vinos. Las bromas y comentarios curiosos sobre el local se sucedían y en un momento de un poco de intimidad Vanesa me dice que le encantaba la chica, que si no me hago novio de esta no me hago ya novio de nadie. Después de aprovechar algunos ratos a solas para saber a que nos dedicamos y demás, me sorprendo susurrándole algo al oido a Marta sobre lo bien que le queda ese pelo, sobre lo bien que huele y sobre lo nervioso que estoy. Ella sonríe y se aleja.
Nos reunimos todos en la puerta. Es la hora C.O.S.D. Para los que no esteis familiarizados con el estas siglas, significan exactamente “¿Cenamos o salimos directamente?”. En esas estábamos cuando Marta recibió una llamada que le hizo alejarse para contestarla. Poppy me decía que le encantaba la chica. Héctor con su peculiar sentido del humor le sacaba defectos inexistentes, Vanesa y Hamid discutían entre ellos si Marta me serviría cómo novia. La conversación era divertida y yo carcajeaba a gusto. Ella se acercó guardando el teléfono.
-Marta, mis amigos estan discutiendo sobre si tú y yo vamos a acabar siendo novios o no.
-¿Y a mí nadie me va preguntar?
-Ni a ti ni a mi. Me parece que nosotros no tenemos ni voz ni voto.
Fuimos al Zapping a tomar algo de vino y sus estupendas tostas. La conversación general giraba en torno a que pelo le quedaba mejor a Brad Pitt me parece recordar, Marta y yo hablabamos muy cerca el uno del otro, le conté que me dedicaba a ayudar a la gente a mejorar sus habilidades sociales, que sentía haciéndolo, que hacía para desconectar del trabajo, que sentía…Ella también se esforzaba para que la conociese. De pronto, dijo algo parecido a esto:
-Es una putada conocerte ahora Álvaro.
Yo pensé algo parecido a que acababa de empezar con un novio al que quería mucho, pero la siguiente frase fue peor que cualquier novio.
-…me voy en tres días de Erasmus a Suecia.
Los vinos ya habían hecho su aparición en mi y me acuerdo que sonreí. Me ponía contento haberle gustado a una chica tan especial. Pero una sensación agridulce compartía mi pecho; la tristeza que se había adentrado en mi cuerpo pero seguía emocionándome y haciéndome ilusiones con chicas con las que sólo había pasado un par de horas. No sé explicarlo muy bien, pero a veces me aterra la idea de convertirme en un capullo cualquiera.
La noche siguió. Todos lo pasamos genial, mis amigos demostraron de largo su encanto y su buena acogida a cualquier desconocido con cosas positivas que aportar.Marta fue todo lo que yo puedo pedir de una mujer. Esa noche la acabamos juntos y fue genial.
Dos días después me llego un sms:
Eres un encanto Álvaro. Sigo pensando que te chocaste conmigo adrede. ¿Te veo en…ocho meses?
Ligar con extranjeras: Las italianas del bar
Son las 3 de la tarde de un jueves prefallas.Los petardos se suceden cada vez con más frecuencia y las calles se empiezan a llenar de estátuas de cartón. En breve la ciudad se convertirá en una desproporcionada riada de turistas con ganas de mandanga. Estoy en un bar escribiendo para la web y a dos mesas de mí se han sentado tres chicas italianas. Ninguna de las tres se me antoja irresisitible, pero sí me pusiera a imaginar, podría, perfectamente, dejarme utilizar para sus fantasías de vacaciones-España-torero.
El caso es que van con maletas y llevan un mapa. Voy a acercarme y os cuento:
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Pues ha sucedido lo siguiente:
-Hola ¿os puedo ayudar?
Me han dicho que sí de forma muy abierta y sonriente. Estaban esperando que un amigo las recogiera. Se iban a quedar hasta el lunes en casa de un amigo cerca de mi casa. Una de ellas tenía unos ojos azules grandes y luminosos como rasgo más destacado. Otra llevaba una cola de caballo larga y bien sujeta, de ojos negros profundos y voz grave y la otra era castaña, con gafas y hablaba poco.
-¿De donde sois?
-Milano– ha dicho la de la cola de caballo. Tal y como se ha estado dirigiendo a mí, me ha parecido la más segura y confiada. Ha estado sonriendo de forma voluntaria para agradarme. La chica de gafas en cambio no abría la boca y al parecer era la que menos español entendía. La de los ojos azules intentaba aportar cosas pero se le veía demasiado incómoda con el idioma.
Nos hemos pedido unas cervezas porque les he dicho que en fallas se bebe cerveza. Tres italianas con cerveza suelen ser más divertidas que sin cerveza. Hemos dialogado sobre Italia. Al trabajar en un barco de cruceros como pianista conocí bastantes puertos del país. Les hacía críticas de forma divertida sobre sus costumbres y su forma de comunicarse y ellas reían. Sobre todo la interlocutora más participativa. Que si son incapaces de hablar a volumen normal, que si los italianos son unos pesados ligando, etc
Había que sexualizar la conversación cuanto antes para comprobar qué posibilidades había. El caso es que según ellas los españoles tenemos muy buena fama allí como seductores. Yo me he hecho el sorprendido, aunque más de una italiana me lo había dicho antes y después de dormir con ella. Hablando de ligar, seductores, Italia-España he querido sexualizar aun más la conversación:
-¿Qué clase de fantasía os habéis propuesto cumplir en este viaje a Valencia?
Tras intentos, al final han entendido exactamente qué quería decirles con la pregunta. Y ha sido ahí donde las tres se han reído como locas. La chica de gafas ha puesto muy roja y las dos más parlanchinas han contestado algo así como que son fantasías que no se podían contar a un desconocido.
-No soy tan desconocido. Llevamos una hora hablando, sabéis que vivo aquí arriba, que me dedico a la psicología y que me encantan las italianas. ¿Qué más queréis saber de mí para contarme vuestras fantasías?
Las miradas coquetas y de interrogación se han sucedido entre ellas entre sonrisas.. Entonces, como aconsejo a mis alumnos, he empezado yo por dar ejemplo y ponérselo fácil.
-Pues mi fantasía es conocer a unas chicas italianas, beberme unas cervezas con ellas, salir esta noche de fiesta y acabar enamorado de alguien o de “alguienes”.
Quizá fue el momento donde las carcajadas se han hecho más sonoras.
-Tú eres muy español- me ha dicho la chica de cola de caballo.
En ese momento ha entrado por la puerta Hugo. Un amigo del barrio de toda la vida.
-¡Hugo! –. Las tres chicas se levantan y acuden raudas al abrazo del nuevo personaje en la historia.
Al verme, Hugo sonríe maliciosamente.
-Sólo podías ser tú, Luis.
-¿Qué esperabas?
Nos hemos reído con una complicidad intensa.
-Ya veo que habéis conocido al valenciano más golfo de Valencia nada más llegar.
-Sí. Luis es muy simpático.
-Soy simpático, Hugo. ¿Qué le vamos a hacer?
Hugo tras ayudarles con las maletas me ha lanzado una mirada buenrollera pero muy aclarativa: Que me olvide. Y así lo he hecho. Me he despedido de las tres deseándoles una feliz estancia en Valencia. Sin duda Hugo iba a por la de la cola de caballo.
Y yo os escribo con dos cervezas en el cuerpo. Sin italianas pero con una moraleja más en que contaros: A veces, las que están en tu barrio puede que lo estén por tu vecino.
Seduciendo de día / Malabares en la biblioteca
La psicología me gusta tanto que en verano me toca estudiarla. Septiembre, mes protagonista de muchas canciones me espera con exámenes. Total, que os voy a contar una cosa, no tanto por el nivel de seducción que muestro, sino más que nada porque a mi me resulta graciosisíma.
El jueves había dormido en casa de una amiga y mis horas de sueño habían sido bastante pocas. Así que ahí estaba, en la cafetería de enfrente de la biblio acabándome mi café, pensando en lo maravillosamente que mis amigos lo estarían pasando en sus camas soñando con probablemente historias sobre piratas o aventuras en el espacio.
Había una chica con el pelo rubio, melena de anuncio y piel bronceadísima que estaba en la mesa de al lado subrayando apuntes. Yo me imaginaba con mi cara de sueño y me reía de que la pobre chíquita iba a tener que soportarme intentando conocerla. Era la excusa perfecta para no entrar aún a estudiar.
-Hola, ¿que tal? – dije sonriendo.
-Hola, buenos días – me contestó. Tengo suerte, pensé. Esta chica es un amor. Si me hace caso con estas pintas debe ser la persona mas educada del mundo.
-Verás, yo soy Helio, y este verano me lo voy a pasar encerrado en esta biblioteca. Necesito hacer amigos por aquí cerca- exageración, sentido del humor.
La conversación fue amena, duro unos cinco minutos, ¿qué estudias? ¿has aprobado muchas? no se qué…Nada del otro mundo. Conociendo nuestro contexto. Ella me dijo que venía todos los días de lunes a viernes y que «claro que podíamos ser amigos». D estudiaba veterinaria y tenía que aprobar no se cuantos mil creditos este septiembre para poder irse de prácticas a no sé donde. A esas horas no soy un gran receptor de información.
-D, ha sido un placer, mañana nos tomamos el café juntos, que se está haciendo tarde y aún no he entrado a la biblioteca.
Ella me hizo un comentario sobre una perdida al móvil, posiblemente para que le pidiese su número, pero sabéis que yo soy un romántico y me gusta dejar algunas cosas al azar así que me hice el sueco. Estaba claro que nos íbamos a encontrar en la biblioteca en un par de días como mucho.
Así que entre en la biblioteca, busque la sala de CIENCIAS y me senté en la mesa de una chica que ocupaba dos sillas con sus libros. Me senté enfrente. Una chica con el pelo corto, rizado, moreno, una espalda triangular preciosa y le dije que «muy buenos días». Ella asintió.
Estuve un ratito estudiando a Likert, McGregor y señores bastante mas listos que yo. De pronto me descubrí preguntándome si acertaría con el bolígrafo en la calva de un señor que había a unos veinte metros. Luego dedique un rato a preguntarme si existen los peces con problemas de sobrepeso.
Así que decidí darme una tregua y tirarle un poco los trallos a la chica guapísima que tenía enfrente.
Tenía libros de etología y de plantas.
–Perdona, me he fijado en tu pelo y me parece super currado. Me gusta la gente que para estudiar se pone guapa.
Se me quedó mirando. Me sonrió y bajo la vista a sus libros. No me apetecía pensar mucho así que utilicé una frase de Egoh que me hizo mucha gracia.
-¿Te llamas Ana?
-No
–Yo tampoco, ya tenemos algo en común encantado soy Álvaro. Recordad de que si lo que ofreces es diversión y una sonrisa la gente os recibirá por lo general con una sonrisa.
La cosa mejoró bastante. Se presentó. E era veterinaria, pensé que era una casualidad muy divertida. Le pasé una notita con un comentario gracioso sobre el tipo que estaba sentado dos mesas mas allá. Poco a poco justificando mi interés en ella de un modo físico. Ella me pasó una notita que ponía que no sabía que los chicos guapos también podían ser graciosos. Mi reacción a su apatía me había mostrado como un tipo atractivo. Es alucinante cómo nuestra actitud dice tanto de nosotros. Yo, como podeís imaginaros, cada vez estaba más flamenco y pasándomelo pipa. Había MANDANGA
¡Sorpresa! D, la chica de la cafetería llegó y nos saludó a los dos.
-¡Ah!, ¿que también conoces a Helio?
D, que tonta no es, vió las notitas y sonrió. “Me parece que esté es un listo”. Se ponía interesante mi verano en la biblioteca. Las primeras chicas con las que flamenqueo y resulta que son amigas y que recogen juntas los apuntes y se despiden de mí con una sonrisa de “te hemos pillado”
Pero, no sólo eso, hoy Lunes, llegó a la biblioteca un poco tarde, entro por la puerta y me encuentro con D y Y (que ya tendrían su particular conversación sobre el chico que les entró a las dos el mismo día) con nada más y nada menos que L, una chica armenia con la que estuve quedando durante un par de meses. Las saludo a las tres, se quedan extrañadísimas todas, yo el que más y nos despedimos con un “mañana nos vemos por aquí, que hoy no has madrugado”
Me muero de la risa imaginándome la conversación de despues de salir: “¿Y tú de qué lo conoces?” Me muero de la risa del azar y sobretodo me muero de la risa de que aún tengo mes y medio para gestionar todo este lío que tengo entre manos. La vida, salvo noticia de última hora, sigue siendo maravillosa. Os dejo con una canción de un grupo de origen gitano, afincado en Nueva York que canta “Start wearing purple” Egoland seducción somos violeta también. ¿No son ya muchas coincidencias?
http://www.youtube.com/watch?v=sM1Ahn0Osjo
Seducción en el trabajo/Hotel
Un fin de semana da para mucho. Puedes irte de acampada, puedes empezar a estudiar un idioma, puedes dar un concierto o ir al estreno de una película croata. En mi caso, me ha servido para recordar que aún hay mujeres que me estimulan y no conozco. En un mundo donde las cosas son cada vez mas predecibles y mas homogéneas, llevarte sorpresas sirve para que las sonrisas te salgan más naturales. De todo eso hablaremos otro día.
Hoy os hablaré de mi historia con R:
Sería Septiembre o Octubre del año pasado. Estaba trabajando como DJ en uno de los hoteles mas prestigiosos de Valencia. La noche no prometía mucho. Era una cena de empresarios de un sector y la gran mayoría eran matrimonios que superaban los cuarenta. Yo ponía Caetano Veloso, Marisa Monte, algo de Chill Out, mientras observaba como cenaban. Esa noche era especial, me había quitado los pendientes y recogido el pelo. Esa cena era de nivel. El tiempo pasaba y yo me enviaba sms con una amiga para ver si cuando acabase me recogía.
Serían las doce y media cuando el maitre me dijo que la cena ya se había acabado, que empezaba la barra libre y que comenzase con mi discomóvil. Los comensales empezarón a levantarse y a acercarse a la barra. Del fondo de la sala apareció una rubia, alta, fina y con una cara que inspiraba belleza y frío. Una pasada. No me podía creer que no la hubiese visto antes. Se estaba sirviendo una copa. No se cuanto tiempo pasé mirándola, pero el maitre me hacía gestos para que empezase a sonar la música: La perdí de vista, volvió al fondo de la sala.
Maitre – Hey H! A esa chica ni te acerques que te conozco. Es hija de alguien importante. Ni te acerques.
Durante un par de canciones intentaba acertar con la canción que le hiciese levantarse y venir a la sala de baile, parecía que no tenía amigos allí. No había forma. Así que busqué la canción mas larga que tuviese y puse PLAY. Salí de la cabina y comencé a andar hacia su mesa. Estaba casi vacía. Había tantas objeciones que no se me ocurría ninguna frase con la que empezar a comunicarme. Así que me dije “Helio, tu eres bueno en esto, algo te saldrá”
Llegué a su mesa. Estaba sentada con dos señoras muy mayores y muy arregladas.
Helio – Buenas noches señoras. Soy el DJ y quería preguntarles si la música esta siendo de su agrado, pueden pedirme lo que quieran
La reacción fue un unísono
Ellas:“sí, sí, chico, muy amable”.
¡Ni me habían mirado! Se me escapó una risita, desde luego, no había generado en ella el mas mínimo interés, así que tenía que jugar mi principal arma, el sentido del humor:
Helio: “Menos mal, porqué ¿saben una cosa? En realidad soy el dueño de este hotel, y es la primera vez que pincho música”
Por fín había captado su atención. Las señoras ponían cara de que no les había hecho ninguna gracia. La rubia gigante entendió que lo que yo estaba haciendo era mostrar interés en ella, cosa por otra parte, a la que está muy acostumbrada.
Helio: Les invito a que pasen por cabina y pongan cada una de ustedes la canción que mas ilusión les haga. Ahora, si me permiten vuelvo a cabina que hoy soy DJ y si deja de sonar la música, tendré que despedirme a mi mismo.
Sabía que iba a ser díficil, pero yo había jugado mis cartas. Tras una miradita del maitre seguí concentrado con mi trabajo. R no venía a cabina. Las dos señoras tampoco. R se acercó a la pista de baile cuando faltaba media hora para que se acabase la discomóvil. Bailaba con un hombre muy atractivo y muy elegante.
Decidí jugar mi última carta. Cogí el micro y me arranque:
Helio: Ahora, por favor, ¡todos juntos cantémosle Cumpleaños Feliz a la señorita del traje blanco, que hoy es su Cumple!
Empezó a sonar la versión de Parchís de Cumpleaños Feliz. Todo el mundo cantaba. Menos ella que miraba hacia la cabina. Su cara estaba roja. Estaba demostrándole interés, que estaba dispuesto a jugar y que era un tipo diferente, o al menos, que hacía cosas diferentes.
Las caras de las señoras que estaban sentada con ella eran de total incredulidad. Así que tras acabarse la canción entró en cabina.
R- Tu eres muy malo
No os podeis imaginar lo nervioso que me puse al ver a esa mujer entrar con ese vestido, con esa elegancia y con ese TODO a la cabina, que tiene los cristales tintados y desde fuera no se ve nada de lo que hay dentro, pero de dentro si que se ve lo de fuera. La cara del metre cambiaba de color, morado, rojo, blanco, amarillo…
Helio – Vale, soy malo, pero no te chives, por qué, no te lo vas a creer, pero no soy el dueño del hotel (Sonreí. Ella sonrió.) Vamos a ver, ¿como quieres que no haya intentado conocerte?”
R – ¿Tu sabes quien soy yo?” (y dio media vuelta, haciendo ademán de irse).
Helio – Si te vas, seguro que no lo sabré. Y no sólo eso, si no que tu también te quedarás sin saber quien es el chico que ha hecho que un montón de empresarios desconocidos te canten cumpleaños feliz.
Su actitud era evidentemente examinadora, estaba muy acostumbrada a tíos interesantes. Tenía que jugar aún más fuerte.
R – Eres listo, pero eso para mi no es suficiente
Su contestación era un rechazo. Muestra de apatía. Pero también me había premiado. Estaba especulando con mi reacción. Yo no había justificado aún mi interés y era el momento de hacerlo, y además tomar una actitud examinadora.
Helio – Y que tu estés buenísima tampoco es suficiente para mí. Por eso quiero que te quedes y elijas una canción tú. Para saber que más hay.
Todo eso lo dije con una sonrisa enorme. Esforzándome por no creale ninguna tensión.
Ella se quedó durante un par de canciones en cabina. Nos dijimos que estudiábamos, a que nos dedicábamos y que sentíamos con lo que hacíamos.
R- Helio, yo me voy a ir que he quedado para ir a MYA, cuando acabes, pasate, a lo mejor aún estaré allí.
Su invitación era muy indirecta y me daba poco valor. Se notaba que estaba pendiente de las señoras que le acompañaban en la mesa. La bronca que le caería por estar en la cabina del DJ tanto tiempo sería comparable a la que me caería a mi por parte del metre.
Helio – Mira, R, hoy no puedo ir a MYA, pero dame tu móvil y otro día nos seguimos contando cosas.
La cosa había salido muy bien y disfrute mucho en la interacción, los dos disfrutamos mucho.
Ahora comparto una amistad preciosa con R, que además se esta pensando muy mucho participar de forma activa en el blog de forma anónima.